La cáscara de nueces es mi fuente de tinte natural favorito.
Tiene
cualidades tintóreas por su naturaleza sin hacer falta mordientes.
Solo
necesita nuestra paciencia para dejar las suaves lanas macerar
en un
baño de cáscaras de nueces hasta
que obtengan la intensidad de marrón
que nos gusta.
Se consiga todo una gama de beiges hasta marrones
sin
gastar ni la mismísima energía, ni para calentar.
Las cáscaras son de
tierra y sus nueces están mayoritariamente
en proceso de descomposición,
de lo cual se hacen cargo
pequeños gusanos y por eso no me sabe mal
añadir les al baño de tinte,
cuando se despegan difícil de la cáscara.
Es
importante recoger las cáscaras de tierra antes
de importantes lluvias
porque en este caso sus propiedades tintóreas
se devuelvan a la tierra
para seguir con su ciclo.
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