La imperfecta perfección de la naturaleza. El año pasado he empezado crear una valla verde
en el huerto para tener sol
y sombra o semisombra por los diferentes cultivos.
Durante el verano al crecer el mimbre vivo hemos
ido tejiendo el desorden y el caos
al ritmo natural del crecimiento.
En su totalidad la imperfecta perfección
de la naturaleza es hermosa.
En invierno la valla verde pierde su hoja y lega el
poco sol donde debe legar
y ahora en primavera pronto vuelve a brotar.
En estos momentos podemos cortar el mimbre
que ha nacido subiendo y nos permitirá
tejer alguna cesta.
La naturaleza es cíclica y es fascinante
cómo se puede dar utilidad
de sus sobrantes en cada instante.
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